jueves, mayo 11, 2006

Envidia

Dicen que hay dos clases de envidia. La de toda la vida y la sana. Yo soy portador de la original, de la clásica, la del antiguo testamento. De la que nadie confiesa que tiene. Podrían investigar mi caso y preparar un documental para el National Geographic. Así saldría en la tele. La otra gran parte de los herederos del homo antecesor padece la sana. Ahí están, nadando en océanos de amor perfumados con pétalos de rosa. Traspiran beatitud y santidad. Monjas en misiones. Se encuentran divinos de la muerte parafraseando a mi amiga la Gatamoixa. Almas tiernas y cándidas que aprecian tu compañía y se alegran con tus pequeños éxitos. Pero en el fondo les gustaría verte desfilando por el barrio a lomos de un asno, con un capirote encastrado en la cabeza y emplumado como un pollo.

— ...Ese hombre no vió el Villareal-Arsenal.
— ...Seguro que es gay
— ...En invierno va a la playa
— ...Ya te digo
— ...Pues su padre era de la falange y de misa diaria
— ...Que vergüenza
— ...Pues seguía Gran Hermano
— ...Y no tiene el título
— ...es fuertísimo

Por ejemplo yo solo envidio, como todos los homos, tener una colita más grande. Es que somos animales y eso nos sirve como señal de referencia, como el número que llevan los jugadores en la espalda de la camiseta. De lejos ya sabes quién es. Como un faro con franjas coloradas y un halógeno en la punta. La parte positiva es que sé fehacientemente que es la única pieza que no tengo a mi gusto. (Bueno, si que soy poseedor de una, pero es que quiero otra). Además no deseo ninguna en particular. Tengo mis preferencias eso si, pero es debido a mi deformación profesional. Siempre he sido admirador del pincel de Rocco Sigfredi. Una escultura magnífica a mi entender. Con eso daba yo la vuelta al mundo sin escalas. No reconozco en mi otras querencias extracorpóreas ajenas. Me conformo con el resto. La parte negativa es que no consigo adaptarme al palitroque, que mis padres tuvieron a bien engastar en ese punto situado entre las rodillas y el ombligo. Será un trauma infantil. Quiero más. Llevar el uno detrás.

De pequeño me gustaba jugar a fútbol. En mi pueblo corríamos en un descampado rodeado de algarrobos y olivos, con el suelo trufado de piedras, agujeros y malas hierbas. También era el patio de recreo para los párvulos de la escuela que había al final de la calle. Estaba detrás del almacén de la cooperativa agrícola. Recuerdo que utilizábamos como vestuario la acequia que pasaba entre la pared de la nave y un muro medio derruído cubierto de vegetación, con cajas de naranja vacías apiladas en el fondo. Alli por primera vez me hice un masaje imitando a los mayores. Delante de mis amigos, con las botas puestas y los pantalones por los tobillos, me rocié a discreción los huevos con reflex, un relajante muscular en bote que anunciaban en la tele y que le había robado a mi madre. Ese día descubrí varias cosas. Que el reflex pica, que a las madres no se les puede engañar porque te descubren y es peor y que algunos compañeros tenían barba debajo del ombligo. Un pelaje oscuro y tupido adornado con una pipeta king size. Con los años estuve en más recintos deportivos, a menudo bajándome los calzonzillos con reparo, observando como crecía en mi interior un sentimiento extraño. Envidia. Analicé durante décadas artefactos de todos los colores. Ví con mis propios ojos, chorizos enormes, negros, blancos. Cabezones, firmes como el hachón que hay al lado de la pila bautismal, gordos como la pata en una mesa de comedor castellano y con un remate en la punta, como si fuera un capitel dórico. Si digo que habia algunas que solo les faltaba hablar, no exagero. Vi de todo. Algunos les salían moratones en la rodilla causados por el golpeteo pendular de su tercera pierna. Los más afortunados por la madre naturaleza hasta les daban nombre, como a los barcos y a los jugadores de pelota valenciana. Maceta, Rabo II, Campana.

Yo ahora le pregunto a la Verito su opinión, solo por contrastar. Ella opina que soy normal. Que es mi cabeza la que no funciona. La de arriba.

— Xavito sos un pelotudo. Como te atrevés a contar estas boludeces. Has escrito cosas mejores — dice resignada, pensando en lo poco inteligente que es la persona que le maneja el carrito del super—
— Pues que quieres que te diga — le respondo enojado— Si la tuviera más grande no trabajaría como diseñador en una agencia de publicidad.

Yo sería un profesional del cine erótico. Me pasaría el tiempo enseñando mi furgoneta, mi ferrari testarossa. Lo sacaría por la ventana de mi casa y mostraría el canalón a mis vecinos.

— Bonito día, si señor — comento yo con el batín abierto con descuido y dejado caer sobre los hombros — hoy habrá que cobijarse debajo de una higuera.
— Si, posiblemente — responde con desdén el de la puerta de enfrente, viendo como utilizo el cucurucho de sombrilla—

Luego, para machacar el resultado, a cerrar la puerta con la puntita, sin mover ni un dedo. De costado, con un ligero vaivén de la cintura. También puedo ir a recoger el pan con la bragueta de par en par, al viento, como sin querer.

— Rosarito, tres vienas de a cuarta, un bollito y un paquete de rosquilletas de las largas.
— Ay fill meu, tú si que la tienes larga. — rezonga mientras se le nubla la vista—

Y así de esta forma, vería trascurrir mi vida. Con tranquilidad, sosiego y alegría. Ya no me haría falta escribir cosas como esta en un blog. Los vigilantes americanos podrían respirar tranquilos. Espiarían a otros. Claro, con este mástil como les iba a atacar. Me verían llegar de lejos.

— Joe. Ahí llega el de la Vilavella con el lanzallamas.
— Ok Jack. Ahora le cacheo, le pongo los grilletes y me lo llevo a guantánamo en un avión con los otros blogeros, que son todos unos rojeras ateos. Mano dura.

Pues si. Me pasaría el rato con la sonrisa de oreja a oreja, pensando en lo pequeña que la tienen los otros. El rey. El Boss. Es que así cualquiera puede ser feliz. Las chicas suspirando a mi paso. Y los tios haciéndome una genuflexión señalada, bajando la mirada con respeto ante mi presencia.

— Ahí va Xavito. Mi héroe.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

VEROOOOO ¿JAVI LA TIENE PEQUEÑA? NO ME HABIAS DICHO NADAAAA, POBRE NIÑAAA, CON LO CALENTA QUE TU ERES JEJEJEJE, LO SIENTO MUCHÍSIMO POR TI, DILE QUE YO SÉ UNOS EJERCICIOS PARA QUE TE CREZCA JAJAJA
BUENO CACHONDA MIA ESPERO QUE LEAS ESTOOOO O ¿ESTOY VOLVIENDO A PERDER EL TIEMPO ESCRIBIENDO ALGO QUE NADIE VA A LEER NUNCA?
BESOS
GELES

Unknown dijo...

Si que te leemos Gelesita. Pero esto no lo ha escrito Verito. Así que si quieres me puedes contar lo de los ejercicios directamente. Si son fáciles de hacer me pondré ahora mismo.

Besitos de Xavito.

Anónimo dijo...

Hola Xavito, ojaláaaaa hubiesen ejercicios para esoooo, pero no es así, era broma guapo jejeje
Me gustó mucho el articulo,
Me alegro de conocerte y cuida mucho a Vero que es un bombón
Besos

Geles