martes, agosto 29, 2006

Baicicol, baicicol li lo li looooo

Los paseos en bicicleta nos ponen a tono.Venimos de hacer toda la bici senda de Benicassim y hasta subimos más rápido las escaleras.

El paseo es un estudio social de la ostia, mientras pedaleamos hacemos exámenes psicológicos a todos los que nos parecen personajes de historieta. Hoy, por ejemplo, mientras pasábamos por la zona top-manta, estaban mis debilidades, los negros, que hagan lo que hagan me parecen artísticos totales. Movida de dedo de un blanco, es un chasquido repugnante llamando a alguien para no chistarle. Movida de dedo de un negro es un gesto de mimo imitando a un molino de viento. Lo sé, son mi debilidad. Pero hoy, me llevé una sorpresa, estaba mirando a una negra cubierta con telas de colores tierra, con un turbante a juego, unas trencitas milimétricas en el flequillo y la mano sobre su pancita de cinco meses de gestación aproximadamente. Mi cabeza comenzó a rodar una película de Africa y su carencias. Cuando desperté, la chica estaba levantando una de las capas de su vestido, y la panza de cinco meses se transformó en una riñonera con billetes de varios colores. A veces me siento Doña Inocencia.

Esta es una de las tantas situaciones que se nos presentan mientras movemos las piernas armónicamente y viendo como nos pasan todos los ciclistas y patinadores de Castellón.

El polaco y la cubana con sendas bicicletas de paseo, cayendo la noche marítima donde ya solo se ve la luna y venus encima ofreciendole un poco más de brillo. Con un poco de dificultad encendimos las luces, Xavito quería desenroscar toda la dinamo y al final con un clic se resolvía la cosa, supongo que se imaginarán quién lo resolvió. Buscaba un botón en el manubrio, no sé, algo raro se temía, creía que en lugar de una bici teníamos un BMW, hasta me preguntó donde tenía el manual de instrucciones. Nos dirigimos a tomar el baño antes de volver a casa. Bueno, el que se mojó fue Xavito porque yo me había peinado con los pelos hacia arriba con un nuevo gel extra resistance y no quería arruinar el empastre, además me depilé las cejas y no era plan quitarlas del sitio con lo bonitas que me habían quedado.

El patito se metío dentro de un toallón verde recién lavadito, bien sequito, de los que hacen mimos cuando te los ponés encima. Botoncito para adentro y ducha caliente, splashhhhhhh...

Llegamos a casa y nos fuimos al parking de bicis, con las luces encendidas y cantando una cancion de Barbara Streissand en nuestro inglés chapurreado cuando vemos que un vecino sale de su portal hacia nosotros. Pasó de largo sin decir ni un hola, y como eso no me gusta nada, con mi voz impostada unos decibelios más arriba de lo normal, le dije:

–BUENAS NOCHES
–Ohh hola, no los había visto
–Dos bicis enormes, nosotros cantando y dice que no nos vió. –Le murmuré a Xavi-
–Ajajajajaj, si si, está tan oscuro...

Luego, con los artilugios colgados en su estacionamiento, veo que llegan otros vecinos con el coche, que no tenían control remoto, así que cuando iban a bajar del coche, le dí click a mi mando y les abrí la puerta. Miraban hacia todos los sitios como si hubiese pasado un mago y les hubiera abierto. Ahí me dí cuenta que el otro vecino no nos había visto de verdad, con lo cual llego a la conclusión de que soy una bocas malpensada.

Bueno, no se puede ser perfecta, algún defecto tenía que tener. Eso sí, humilde a tope.

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