jueves, agosto 07, 2008

Desnudate en el mar de lo afirmativo...







Estaba pensando seriamente si la imagen es lo que cuenta.


Mi amigo Dany siempre me dice que el odia su cuerpo, que no le gusta quitarse la camiseta y dejar las lolas al aire porque siente que le cuelgan como dos merengues boca abajo (crudos claro está). Yo siempre le retruco, y me enojo con él, porque ser libre no solo implica no estar en la cárcel, los tabúes que nos solemos crear y los impedimentos que nos impartimos nos ponen entre rejas.


Con lo que me gusta a mí, la del cuerpo a dieta, desenfundar mis dos orgullos entre las rocas de mi playa y cerrar los ojos mirando al cielo, aunque ellas ya miren al suelo… Es sublime, escuchar el sonido del agua como golpea contra las rocas del muro en L, pensar que no hay nadie más y dejarse llevar… fluir, el nuevo verbo de mi cuñado Rubén, de eso ya les hablaré.


Otras veces nos encerramos entre rocas, y nos quejamos de hacerlo como si otros fueran los responsables de eso. Ayyy!!! Yo no puedo leer, no puedo mirar la tele, no puedo tirarme en el sofá, no tengo tiempo, esas quejas de bandoneón que no son más que mentiras que no decimos, como si no hubiera pruebas suficientes de que el problema es nuestro. Siempre hay un ratito para dedicarnos.


La vida es fácil, no tiene trucos, cualquier vivencia es buena si se aprende a recibirla en positivo, tan fácil como empujar las rocas que nos encontramos en la ruta y seguir el trayecto sin recordar que por patear la piedra haz roto la zapatilla. No vivamos en un tango, a desnudarse y nadar en el mar de lo afirmativo, que puedo rubricar, certificar y/o refrendar que se flota sin esfuerzo.

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