jueves, agosto 13, 2009

Nintendo por dos.


Alaaa con las maquinitas!!!!.


Ayer, después de mi intensa y no intensiva jornada laboral, me fuí a mi segundo hogar (tal y como lo dice mi Xavito), El Corte Inglés. Debo recalcar que esta vez no iba con la intención de cargarme de perfumes, gloss y cremas que no usaré. No. Esta vez iba con un objetivo claro, nunca tan claro, juguetes para las abuelas de mis perros. Sendas Nintendos, color nieve, impecables, preparadas para conservar como nuevos los cerebros de "La Olguita" y "La Paqui".


La idea surgió porque el domingo llegó Paquita (la mamá de mi Xavito) a casa con un problema de electrónica altamente complicado: El Sudoku de los chinos que Papá Noel le plantó hace tres años en el árbol, ya no le responde a pilas nuevas, según ella "las flechitas me sen van", así que en reunión conyugal decidimos sorprenderla con una consola y por carácter transitivo, La Olguita (mi mamá) también se hace merecedora del juguete.


Así que me fuí decidida y las compré, logicamente con el brain training incluído, y cuando llegué a casa, en la bolsa, me habían puesto una caja con una Wii play, que yo no había pedido, ni pagado, motivo por el cual llamé raudamente al gran almacén y les dije que no padecieran por la falta en el stock porque el trofeo lo tenía yo. No los ví demasiado entusiasmados, pero me tomaron nota del nombre y teléfono para tenerme controlada.


Las he configurado, las tengo listas para entregar y enseñar ya que el regalo viene con las clases incluídas. A la pregunta "¿Quieres una Nintendo?", en el caso de mi mamá es "Siiiiiiiiiiii", sin saber ni lo que es, jejejej, esa es mi mami; y en el de la Paquita la peluquera, "Noooooo, ¡¡¡¡no maclariré!!!!", y al rato, "valeeeeee, está beee".


En el momento de casi salir del Corte Inglés me encontré con mi amigo Ramón y su niño Tomás en la librería, intentando comprarse el libro "Por qué no soy Cristiano", se vé que se está planteando tomar la comunión o algo por el estilo. En realidad es una gran elección porque es de un gran pensador clásico (Bertrand Rusell). Yo estaba con mi bolsita a tope de libros para que las vacaciones de mi niño sean más amenas: Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sábato; Crónica del pájaro que dá la cuerda al mundo, Haruki Murakami; Permiso para vivir, Bryce Echenique; Ronda del Guinardó, Juan Marcé y El general en su laberinto, Gabriel García Marquez, ya tiene para cinco días, es un monstruo literario, engulle páginas y las saborea mientras le pasan las mañanas y las tardes en una terraza que lo cobija y una tumbona que lo columpia.


Esto es parte del revuelto de paella y dulce de leche en el que Xavito y yo nos divertimos día a día y del que consumimos felicidad a granel. Que no pare. Amén.



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