Le acabo de enseñar el hotel a Verito, el Lesson Inn Downtown, un edificio de principios del XIX recién refaccionado, bellísimo, a un precio hermosísimo. Ya está todo programado, desde que salimos, coche de alquiler, restaurantes, pubs, y rutas por toda la isla. A mí la verdad, viajar sin Verito no me apetece, me gusta jugar y compartir el tiempo con ella. Me siento cómodo y libre a su lado. A la gente le suele aburrir la compañía de su pareja. No lo dicen. Pero se les nota. Seguramente a tí también pero te cuesta reconocerlo. Es fácil darse cuenta. Necesitan acompañarse de otras personas para salir de casa, a cenar, de vacaciones. Bueno, cuando nos vean por aquellos lares pensarán qué hacen cinco abuelas juntas tan lejos de casa. Ya me explicarás. Acabarnos toda la cerveza de Grafton Street. Y las chicas en casa esperando al del butano.
— ¡Manolo! Una bombonita al tercero...
— Ya subo corasón y vé sacando la San Miguel de la nevera.

1 comentario:
Aneu a Dublin? aupa pues! jo també vull!!! black beeeeeer... guinessssss!!
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