viernes, abril 28, 2006

Supersónicos mentirosos

No puedo trabajar, se cayó el sistema, mare meua, se caen tantas cosas por día, pero que se caiga el sistema es la hecatombe.

Yo, por ejemplo, sólo puedo dedicarme a escribir, porque todo mi trabajo se basa en la concentración y respuestas de e-mails y en el paso de pedidos a proveedores, control de descuentos y más cosas que únicamente se pueden ver a través del sistema.

Se caen las pestañas y no pasa nada, ¿vos sabés si se nos caen cosas y a nadie le molesta?, qué querés que te diga, yo me levanto cada día y lo primero que miro, cuando ya puedo ver claro, es la cantidad de pelos que he dejado en la almohada. Se me cae el pelo, que es mío, que es una perdida de un pedazo de mi ser y no pasa nada, pero se cae el sistema y a la par se me caen los nervios, se las uñas que empiezo a comerme y la moral porque a cualquier llamado de teléfono tengo que contestar: "no te puedo responder ahora, lo siento".

La caída del sistema es como la caída de las bragas, una desprotección insoportable, porque una cosa es ir sin bragas por elección, pero otra cosa es cuando se te caen, con el sistema es igual, uno, cuando no quiere trabajar, es por libre elección, pero cuando se cae sin avisar ya no es lo mismo, la impotencia te embarga.

¿Qué pasa con los sistemas?, ¿no era que la era informática era lo más parecido a la perfección, la comodidad y la despreocupación?

Me acuerdo cuando miraba a los supersónicos y los veía divinos de la vida, apretaban un botón, que siempre les funcionaba, y el mundo les respondía. No recuerdo ningún capítulo donde el sistema se les cayera. Y yo soñaba con ser supersónica, con tener miles de botoncitos a mi alcance. Magno error.

Contaba con que se me caería el culete y las mamellas, pero ¿el sistema?, si a Penélope Glamour nunca le falló el lápiz de labios electrónico, esto no es lo que yo sabía del mundo informático.
Hoy me encuentro, conectada a un teléfono, a un fax, a un scanner y a un ordenador con cientos de programas, y lo único que puedo hacer es acordarme de la madre de todos los supersónicos y decirles con todas mis ganas.


¡Váyanse a cagar manga de mentirosos!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

ole la Vero que poca faena tiene que tiene tiempo para escribir redacciones
de colegio,yo no se de donde sacas la imaginacion,un saludete

Anónimo dijo...

Hola Vero,no le hagas ni caso al Ivan que tiene una envidia que no veas, porque él no sabe ni hacer la o con un canuto jejejejeje
Bueno cuando te apetezca me podias hacer un escrito para mi y pa el Ivan jejejeje (que protagonista que soy)

bueno sigue escribiendo que ya verasss como triunfarás

un besete

ARRIBA LA VEROOOOO